Fobia Social (3)


Stangler y Heidenreich creen que los buenos resultados de la terapia individual se debe a que en ella se tratan con algo más de intensidad las ideas y formas de conductas personales. Por otra parte, piensan que la situación en grupo puede cohibir y exigir demasiado a los pacientes.

La propia visita al terapeuta les resulta dificil a muchos sociofóbicos. A la mayoria les cuesta hablar con un extraño sobre los miedos mantenidos secretos, por vergüenza, durante años. En el caso de Ana también pasaron meses hasta que se decidió pedir hora en el consultorio. Al principio, el terapeuta le ha de sonsacar cada frase, aunque muy pronto ella expresa su deseo de poder hablar sin miedo con compañeros extraños y conocidos.

El terapeuta empieza por explorar el círculo vicioso personal de Ana en el que vive atascada desde hace años. Cuando ve que se le acerca alguien, se activa su conjetura básica ("Soy aburrida y poco interesante") y se desencadenan, una y otra vez, los mismos pensamientos: ¿Qué voy a decir? Tartamudearé y no seré capaz de articular una palabra, notará mi miedo".
A continuación se pone nerviosa: "Siento como late mi corazón, me sonrojo, me tiembra la voz", y en cuanto percibe su propio nerviosismo ya no es capaz de pensar con claridad. En el mejor de los casos pronuncia, apocada y balbuciente, un par de palabras. Y se convence de que:"He hecho el ridículo, mi miedo estaba pues justificado". El siguiente contacto vuelve a discurrir según el mismo esquema. Por eso Ana elude estas situaciones y no puede tener otras experiencias que le ayuden a correjir sus apreciaciones negativas.

Hacer conscientes estas conexiones contextuales ayuda a muchos pacientes a comprender mejor su propio miedo. Por eso el terapeuta, junto con los pacientes, desarrolla un modelo que aclara como han surgido los problemas y por qué no han logrado solucionarlo hasta ese momento. Sólo es un primer paso. En la mayoria de los casos, los miedos y el aislamiento social hace tiempo que se han convertido en un hábito tan pertinaz, que el mero conocimiento no les ayuda a mejorar.

Por eso el terapeuta quiere poner a prueba a Ana en juegos de rol ( que él graba en video) para comprobar si se le nota el miedo y si se comporta tan torpemente como ella cree. Esto le ayudará a verse de otra forma y, a la larga, a abandonar sus expectativas negativas. De entrada, elige una típica situación problemática y precisa con detalle lo que le pasa por la cabeza. Ana quiere tener en la cocina una breve conversación con una compañera, pero teme que ésta advierta sus miedos y, por tanto, no muestre ningún interés o lo pierda después, si Ana solo dice un par de palabras.
Autor:Christiane Gelitz

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