Fobia Social (1)


No es una mujer de bandera: 1.60 metros de altura, cara pálida, voz baja. De sus labios, cuentan sus compañeros, apenas sale un "hola" musitado. Ana solo habla si se le pregunta, lo que sucede raras veces, pues no suele contarse con ella. Pero aquella mañana se planta, en la plaza del mercado del pueblo, sobre un balde boca abajo y recita en voz alta la Lied con der Glocke (canción de la campaña) de Schiller. Un par de transeuntes se paran y rien. Cuando Ana ha recitado la última estrofa, se acerca un hombre, que habia observado la escena de lejos, para comentarle: "Lo ha hecho bien. Puntue su miedo en una escala de uno a diez".

Ana padece fobia social. Su acompañante es un terapeuta de la conducta, que le viene dedicando una hora a la semana desde hace tres meses. Su entrada en escena en la plaza del mercado ( parte de una exposición pudorosa, en la que ya saben que se a sentir incómoda) la habian planificado al detalle en la última sesión. La veinteañera habia superado antes otras pruebas arriesgadas: abordar y dirigir la palabra a extraños en la calle, invitar a una compañera a tomar un café y asistir a un guateque, actos sencillos que durante años habia eludido.

Las personas con fobia social temen hacer el ridículo cuando hablan con otros u ocupan el centro de atención. En situaciones embarazosas así, muchos se ponen nerviosos, lo mismo en conversaciones con autoridades que en una conferencia o un examen. Otras situaciones parecen, por el contrario inocuas, por ejemplo, acudir a un espacio lleno de gente, asistir a un aniversario o a una conferencia o simplemente hablar con otras personas, comer o escribir ante ellas.

Por lo general los afectados tratan de obviar aquellas situaciones que consideran adversas. Si no lo logran, sufren un auténtico suplicio palpitaciones, tartamudez, sonrojo, temblor o sudor. Temen que se perciba su miedo, que fracasen o que no salgan airosos, con el descrédito consiguiente ante los demás.

Sin embargo, no podemos atribuir sociofobia a todos los que padecen en alguna ocación tales síntomas. Depende de la intensidad de la aflicción. En el curso de su vida alrededor de un siete por ciento de las personas en los paises industrializados de occidente padece ese trastorno psíquico, según publicaron en 2003 Hans-Ulrich Wittchen, de la Universidad Politécnica de Dresde, y Lydia Fehm, de la Universidad Humboldt de Berlín, después de haber recopilado un sinnumero de estudios realizados en Alemania, EE.UU y otros paises. Los estudiosos del miedo coinciden en que aproximadamente tres cuartos coinciden en que aproximadamente tres cuartos de los afectados cumplen el diagnóstico ya antes de los 16 años de edad.

Autor: Christiane Gelitz

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